La Piedra Escrita



                       HISTORIAS
                 LA CALZADA ROMANA y el CAMINO DE LA PIEDRA ESCRITA

U
na antigua y envejecida reliquia del pasado nos sorprende muy cerca; en Puçol, de Elche, se encuentra el “Camino de la Piedra Escrita” que nos ha ensimismado desde que supimos de su existencia. Está asfaltado y discurre perpendicular a la Vereda de Sendres de San Felipe Neri, y conduce directamente a El Hondo.

Nos cuentan los viejos del lugar que se encontraba en el fondo de un canal cubierto de tierra, paralelo al camino de una propiedad privada. La “Piedra Escrita” está escrita y tiene rasgos casi ilegibles  e irreconocibles al haberse mantenido al aire libre, expuesta a vientos, lluvias, y toda clase de inclemencias en el tiempo, que casi han borrado sus caracteres. Sus rasgos son desiguales y su escritura desaparece en algún punto. Se  observa que la Q tiene una prolongación excesiva (caudado), la E unas astas transversales muy largas y la S es muy angulosa. Aseguran los propios de Puçol y expertos conocedores de esta reliquia, que su pasado es romano, y estaría relacionada con la “centuriacion” o lugar de establecimiento de veteranos del ejército romano en tierras de Elche al principio de la República romana[1].



Existen, sin embargo,  hipótesis sin fundamentar que datan la piedra modernamente, desechando su origen romano. Reynolds[2], conocido escritor británico, cito por vez primera la “piedra escrita” y dijo que llevaba una «gran inscripción romana, muy estropeada», donde se podía leer «Q. AQUIL. ...».

Josep Corell[3], experto epígrafo valenciano, parece que vio la piedra en 1998, y  propuso la lectura «AQVI / ES E[LALC]ALET (?)»,

Existe la creencia entre parte de la población que la piedra pudo estar en la finca que llamaban  L´Alcalet, también conocida como «Els Partidorets». Pero es imposible porque L´Alcalet, según hemos sabido, estaba lejos de la piedra, cerca de L´Alcúdia.

No nos ha sido fácil descifrar su lectura en la visita que realizamos a últimos de octubre de 2011 a la “Piedra Escrita”, pero es claro que se distinguen con cierta nitidez las letras mayúsculas “AQV”, que podrían significar “agua”, aludiendo seguramente al canal cercano. Según las investigaciones que hemos llevado a cabo, podría tratarse de una inscripción romana, una especie de indicativo del paso del agua y de la propiedad de las tierras, y limites marcados por la “centuriacion” romana.

Nos cuentan los vecinos que la piedra ha sufrido continuos ataques en el tiempo, por ejemplo: pintarrajeada, con entupidos orines, defecaciones, han quemado rastrojos…. Hubo incluso quien se la llevó a su finca, para decorar su jardín. El alcalde pedáneo Antonio López Brotons, hace unos veinte años, consiguió que la piedra volviera a su ubicación original y se acoto. La “Pedra Escrita” continúa ahí, dando nombre a una vía del campo ilicitano desde tiempo inmemorial donde hubo probablemente un asentamiento-campamento romano por donde transcurría un ramal de la Vía Augusta, que llegaba a San Felipe Neri a través de El Hondo y seguía a Catral por el Camino del Puente del Rollo.


Como aproximación muy acertada, el eje “Camino de la Piedra Escrita, El Hondo, San Felipe Neri y Camino del Puente del Rollo de Catral conformaría un ramal de la Vía Augusta en uno de sus tramos.

Hemos conocido el valor histórico de la Piedra Escrita y de su entorno y su relación con un posible asentamiento romano en el lugar. Su estudio corrobora que existió una vía romana que comunicaba gentes y lugares uniendo los puntos señalados.

El asunto planteado no es estrictamente un enigma; hay indicios razonados que apuntan a que estamos, sobre todo, ante un descubrimiento de gran calado que por razones que se nos escapan, relacionadas probablemente con decisiones político-culturales, se esconden y relegan a la categoría de mito o leyenda.


Fruto del olvido secular y de la inconveniencia de poner en práctica actuaciones científicas que sacarían a la luz la verdad histórica a través de prospecciones arqueológicas -que no parecen muy convenientes en estos momentos-, nos encontramos con un Plan Director de la Vía Augusta de la Comunidad Valenciana que olvida en su proyecto el planteamiento expuesto, escogiendo un trazado cómodo que llega directamente desde Elche a Rojales.

Sin embargo, se sabe que la “calzada” cruza El Hondo, lo que supone el gran impedimento para su reconocimiento. Se produciría un conflicto grave de intereses entre el Parque Natural y la vía romana. Y sin duda, la Calzada ganaría la partida. Mejor dejar las cosas como están! Voces autorizadas, técnicos, investigadores y hasta particulares han visto la calzada romana atravesando El Hondo con dirección a San Felipe Neri. Pero el mutismo es absoluto. Un conocido arqueólogo y un técnico del Centro de recepción de visitantes de El Hondo, testigos oculares del paso de la calzada, ocultan su identidad convencidos que se trata de un “tema tabú”.

Si acudimos al beato Fray Josef Esplugues, registrador de las antigüedades de la Diócesis de Orihuela, encontramos que afirma que en 1751 “…abriendo los cimientos para la obra de la nueva iglesia parroquial de la villa de San Felipe Neri, se encontraron por los jornaleros, en cuatro ocasiones, tres piedras y cuatro monedas del tiempo de los romanos y una inscripción sepulcral…” Josephus Montesinos atestigua también en este sentido que todo lo encontrado pasó al palacio episcopal de Orihuela, como restos humanos, vasijas, búcaros, trozos de columnas…”, todo en el tiempo del obispo Gómez de Terán. Tales hallazgos ¿podrían proceder de un antiguo asentamiento romano más o menos minúsculo en este lugar? ¿No tendría sentido la creencia que la calzada romana transcurriría por aquí?

Si recordamos que el topónimo Catral surge del grupo “Castrum Altum” (nombre+adjetivo), palabras que en época romana significaban “emplazamiento militar elevado”[4], y unimos las certezas y fuerte documentación del paso de la Vía Augusta por Catral, que se desarrolla exhaustivamente en Cuadernos de Historia de Catral nº 1[5], puede concluirse con un la teoría que cobra fuerza y que apunta a que “el eje Camino de la Piedra Escrita, El Hondo, San Felipe Neri hasta Catral por el Camino del Puente del Rollo, fue parte del trayecto de un ramal de la Vía Augusta en la provincia de Alicante”.
  

José Sáez Calvo©


[1] Una vez que los romanos habían fundado una colonia, se procedía a adscribirle el territorio que la rodeaba. Este territorio se divide en tres partes:
1         Una parte de soldados veteranos, como propiedad privada.
2         Otra parte como propiedad de la colonia y de uso comunal.
3         La tercera parte era considerada como tierra no catastrada.
Para dividir el territorio se utilizaba un proceso llamado “centuriatio”. A cada beneficiario se le daba una parcela de  54,4 Hectáreas (1 yugada = 0.25 Hectáreas).
[2] REYNOLDS, Paul: Settlement and Pottery in the Vinalopó Valley (Alicante, Spain), A.D. 400-700», Oxford,1993.
[3] CORELL I VICENT, Joseph, autor junto a X. Gómez y C. Ferragut del conocido «Inscripcions romanes d´Ilici, Lucentum, Allon, Dianium i els seus territoris» (Valencia, 1999). Falleció en diciembre de 2009.
[4] BELTRÁN HERNÁNDEZ, Marcelo y CECILIA ORTUÑO, Encarna: Catral: aproximación a un topónimo enigmático. Revista de Fiestas Patronales, San Juan 1996, Catral.
[5] CASTRUM ALTUM, Cuadernos de Historia de Catral[5] nº 1:  La Calzada Romana. Catral,  publicado en noviembre de 2011,

1 comentario:

  1. Muy interesante esta información yo suelo pasar por allí cuando hago deporte con bici.

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